jueves, 30 de agosto de 2012

Qué hacer en un ascensor

Muchas veces a lo largo de la semana, montamos en un ascensor: para subir a casa, ir a trabajar, ir al médico... Normalmente el trayecto no dura más de un minuto, por lo que no tenemos tiempo de hacer grandes cosas. El problema es cuando vamos en éste, tranquilamente, y de repente se para bruscamente. Al principio no reaccionamos, tampoco sabemos qué hacer. Pero después de 10 segundos empezamos a asimilar la situación. Estamos encerrados. Nuestra reacción puede variar, pues depende del momento del día en que nos encontremos. Tampoco quiero centrarme mucho en las posibles reacciones. Yo me quiero centrar en qué hacer en estos casos:
-Siéntate en el suelo.
-No pierdas la calma, tenla siempre a vista porque si no se escapará.
-Canta alguna canción que te haga sentir bien.
-El calor irá aumentando, quítate el peso que lleves encima.
-No dejes de cantar.
Cuando lleves cinco minutos empezarás a oír una voz: "Juanaaa, Juanaaa" (siempre y cuando te llames Juana, si no, no te vas enterar. La voz puede ir diciendo Juana, Juana, tu seguirás a tu rollo. ) Esto pasa porque siempre hay alguien al lado del espejo (por ejemplo el otro día estuve yo. Empecé a decir Juanaa, Juanaa. Se levantó y me dijo "yo me llamo Miguel") El caso es, que oyes que alguien al otro lado del espejo empieza a decir tu nombre. Si te ocurre esto tienes que levantarte, mirar al espejo y decir:
-¿Ho...hola?- En el espejo solamente verás tu reflejo, pero no te preocupes, alguien te contestará.
-¿hola?, ¿qué tal?- Esa será la respuesta de la voz.
- Bien, ¿quién eres?
- Soy el espíritu protector del ascensor.
-¿En serio?
- No, era broma. Soy producto de tu imaginación.
A partir de aquí la conversación puede ir variando dependiendo de tu estado de ánimo y del momento del día en el que te encuentres. La conversación durará hasta que te rescaten o hasta que el ascensor vuelva a funcionar.
Esto ocurriría en el caso de que el ascensor tuviera espejo. Si no tiene espejo, llama para pedir ayuda.

lunes, 13 de agosto de 2012

Si el picaporte pudiera hablar


En un edificio, podemos encontrar distintos instrumentos útiles y necesarios. Cada uno de estos tiene una función distinta, que lo hace especial. Pero lo que poca gente sabe, es que cada uno tiene una personalidad distinta. Desgraciadamente, nunca sabremos cómo es cada uno, puesto que si una cosa tienen en común, es la discreción. Solo hablan cuando nadie les mira. Y sus voces son tan suaves que no son alcanzables al oído humano. 
Podemos imaginarnos cómo será la personalidad de cada instrumento. Por ejemplo, yo siempre me he imaginado a la televisión como alguien sabio. Alguien que como ha oído muchas cosas a lo largo de su existencia, presume de saber mucho. A una bombilla, me la imagino como aquel amigo que siempre intenta guiarnos al buen camino a través de sus consejos. Un teléfono, sería como aquella anciana que "por casualidad se entera de todas las conversaciones". 
De todos estos instrumentos, el que más me llama la atención, es el picaporte. El picaporte es aquel que habla poco. Aquel que piensa antes de hacer las cosas. Aquel que con solo tocar a una persona sabe exactamente si tiene alguna preocupación o por el contrario alguna alegría. Si tiene algún dolor o si está pasando un buen día.  Es aquel que si te acercas y le pides que te cuente algo ocurrido, te puede explicar una historia maravillosa. Sobre todo si es un picaporte antiguo. Gracias a su experiencia, sabe exactamente  qué puede hacer para subirte la moral.
El otro día estuve en un pueblo que había sufrido las consecuencias de la guerra civil. Y allí había una casa que había soportado esta catástrofe. En la puerta de dicha casa, había un picaporte, un bonito picaporte de un dragón. Me lo quedé mirando pensativo. Si pudiera hablar, ¿qué contaría?  Podría contar historias tristes, historias curiosas, historias entretenidas, e incluso historias bonitas.
Esto me hizo reflexionar: un picaporte acumula miles de historias que inspirarían cientos y cientos de libros. Pero no. Se lo calla todo. Es un ser prudente, al fin y al cabo así lo ha hecho la experiencia.
Ahora, queridos lectores, os animo a que cuando veáis un picaporte, lo miréis fijamente. Os devolverá la mirada, y os servirá como fuente de inspiración, pues sabe bien qué necesitáis.
En mi opinión la función del picaporte de abrir y cerrar puertas es secundaria, en realidad es el mejor psicólogo, el que solo con la mirada te hace sentir bien.

martes, 7 de agosto de 2012

El poder de la imaginación

No hay nada mejor para desarrollar tu imaginación que el aburrimiento. Inconscientemente, el aburrimiento nos lleva a la meditación, y la meditación a las buenas ideas. Es decir, cuando estamos aburridos, dejamos que nuestra mente busque un tema con el que entretenernos, y de esta manera nos vienen cientos de ideas a la cabeza. Gracias a estas ideas podemos dejar que nuestra imaginación se mezcle con el entorno que nos rodea. 
En mi opinión, el aburrimiento no es malo, siempre y cuando sea frecuentado no muy a menudo. Un breve rato de aburrimiento (repito, muy breve) nos despeja la mente, y ocurre este proceso explicado en el párrafo anterior, llamado "proceso imaginativo". También hay que decir, que gracias a este proceso podemos encontrar el modo de hacer una tarea útil (por ejemplo escribir).
El otro día me puse a realizar las tareas de verano. Una vez hube terminado me quedé sentado aburrido, es decir, reflexionando. De repente vi que el estuche se empezaba a abrir. Me quedé un poco sorprendido. Pero en vez de actuar, la curiosidad me invitó a esperar a ver lo que ocurría. Cuando la cremallera del estuche se hubo abierto, empecé a notar movimiento. Me quedé sorprendido cuando vi levantarse al bolígrafo de color rojo. Este, empezó a moverse por encima de la mesa, asimilando la situación. de golpe se giro y vio que de detrás de la carpeta aparecía la pequeña y verde goma. El bolígrafo empezó a retroceder un poco asustado, mientras que la goma se movía con un paso lento pero preciso. De repente la goma silbó, y súbitamente apareció la aguja del costurero, que casualmente había ido a parar a mi dormitorio. La aguja, empezó a correr hacia el bolígrafo. Esta arrastraba consigo un hilo de color amarillo chillón. Empezó a rodear al bolígrafo atándolo con el hilo. Yo no sabía que hacer, no entendía lo que estaba pasando, no entendía como era posible que los objetos que había encima de mi mesa podían haber cobrado vida. Lo más asombroso no había ocurrido todavía. La goma observaba sin decir nada. Un grito de batalla hizo que los tres objetos miraran hacia arriba. En lo alto de la estantería se encontraba nada más y nada menos que la tijera de mi estuche. Esta saltó cayendo de una forma acrobática sobre la mesa. La goma, asustada, se metió dentro del estuche, y la aguja volvió rápidamente al costurero. La tijera con cara de victoria se acerco hacia el bolígrafo liberándolo del hilo amarillo que lo rodeaba. De repente, sonó el timbre y me dirigí corriendo a abrir la puerta.
-Hola, buenos días.
-Hola buenas, ¿vive aquí Paquita?
-No, es un piso más arriba
- De acuerdo. Lo siento y gracias.
- Nada. Hasta luego.
Cuando llegué a la habitación, encontré todo en orden. La aguja en el costurero y el resto de cosas dentro del estuche. Me sorprendió un poco. Y mientras me dirigía hacia la piscina me quedé pensando si lo que acaba de ocurrir había sido producto de mi imaginación, o que cada objeto tiene vida propia. 
En mi opinión todo tiene vida propia siempre y cunado nosotros queramos. Y que en mi opinión la función de cortar de la tijera, es solo una función secundaria, su verdadera función es salvar el mundo.

sábado, 4 de agosto de 2012

Las agujas del reloj

Quiero dedicar una entrada a hablar del maravilloso mundo de las agujas del reloj. Es un tema que no se lleva mucho en las conversaciones, pero que a todo el mundo le fascina.
Todos en casa tenemos relojes, de todos los tipos y colores. El más impactante es el reloj de pared, que normalmente se puede encontrar en una cocina, un salón, un despacho... Muy a menudo cuando estamos en casa, no tenemos nada que hacer y nos aburrimos. En estos momentos ocurre que la magia de las agujas del reloj nos hipnotiza. Toda persona que conozco, sin excepciones, varias veces se sienta a contemplar el reloj, a esperar con ansia que la aguja que marca los minutos se mueva, e incluso hay quien intenta captar el ligero movimiento de la aguja que marca las horas.
Lo más fascinante del reloj, es que muchas veces lo usamos como fuente de inspiración, es decir, que cuando contemplamos ensimismados un reloj, nos vienen grandes ideas a la cabeza (esta entrada se me ocurrió mirando fijamente un reloj).
La mayoría de las veces, miramos el reloj para saber la hora, y nos da la sensación de que la aguja que marca los segundos se ha parado. Este fenómeno es otra de las causa por las que nos pasamos un minuto mirando el reloj.
En mi opinión, la función de marcar las horas que tiene el reloj, es una función secundaria, en realidad el reloj está creado para abrir nuestra imaginación y poder inventar cualquier historia.